LAS IDEOLOGÍAS
Edgar Morin / EL MÉTODO 4 – LAS IDEAS -pág. 145 y sigs.
Hay continuidad y ruptura entre las filosofías y las ideologías. Las ideologías son vulgáticas -versión admitida comúnmente-.
Timan de las filosofías su núcleo axiomático, sus ideas rectoras, sacan de ahí su coherencia organizadora, pero de un forma simplificadora, degradada, dogmática, que hace de ellas sistemas de diferente naturaleza. Las ideologías han perdido su problemática y complejidad de la originalidad filosófica. Por eso, el término ideología connota un defecto, carencia, o ilusión.
A diferencia de las filosofías, las ideologías son siempre fuertemente doctrinarias. Son racionalizadoras -se explican según su lógica- e idealistas -todo lo real es enfocado según su idea-. Son doctrinarias, aunque aparenten ser críticas, ante dogmas y doctrinas, pero produciendo nuevos dogmas. Las connotaciones peyorativas de la palabra ideología se corresponden con la cosificación, la rigidez, la abstracción engañosa, la ilusión de poseer la verdad.
Los ideo-mitos - Max Weber concibió el debilitamiento de los mitos, religiones, ritos, tradiciones como un proceso de secularización en provecho de las ideologías y las creencias subjetivas. Los genios, demonios, espectros que dominaban la naturaleza son expedidos a una noosfera estética para transformarse en héroes de novelas o estrellas de cine, o devueltos a los interiores psíquicos para tomar la forma de pulsiones y sentimientos.
Se cuestionan la resurrección de los mitos en la estética, las artes de masas -novelas, cine, televisión, deporte-. Es asombroso la resistencia de las religiones, incluso, sus victorias sobre las tierras desoladas del desencanto y el nihilismo. Sobre todo, la invasión del mito y de la religión en los sistemas de ideas aparentemente racionales.
Bataille remarcó que en el mundo moderno había avidez de mitos. Nuevos mitos han construido sus nidos en el corazón de las ideas abstractas. Las estructuras arcaicas del mito han tomado posesión de las estructuras evolucionadas de la idea.
Wittgenstein: la eliminación de la magia tiene el carácter de la magia. También la metafísica puede ser considerada como una especie de magia.
Freud se preguntaba, si la propia teoría científica no era mitológica.
Las teorías científicas se encuentran en las antípodas del mito, pero su núcleo comporta una zona ciega donde puede instalarse u fermento que transforma en mito la idea.
Toda idealización / racionalización doctrinaria tiende a trascendentalizar el sistema. El mito puede instalarse en el núcleo del sistema y divinizar las ideas rectoras. Las teorías científicas evitan la doctrina, pero su núcleo permite la mitificación.
El mito se introduce clandestinamente como un virus, que se mete en el ADN del huésped, y se integra en él suscitando una actividad mitológica, aunque invisible. El mito ha invadido aquello que le era hostil, y que se suponía que lo había liquidado. Y puede invadir plenamente las doctrinas y las ideologías, porque las doctrinas se autosacralizan y se autoidolatran. La doctrina exige la veneración, se debe obedecer, ritualizarla, utilizar su lenguaje estereotipado, letaínico, como un culto. A partir de ahí, la trascendentalización, la deificación, de la mitología y de la religión han entrado solapadamente, aunque profundamente en el mundo laico de la doctrina.
Lo mismo ocurre con la ideología. La ideología comporta un núcleo que determina la organización de los conceptos y la naturaleza de su visión del mundo. El núcleo hace mucho más que la fusión y la confusión, contine oculta una sustancia doctrinal. Los valores adquieren una vida superior que los vuelve míticos, el orden, la liberta, la justicia, etc., se convierten en mitos y se divinizan. El hombre se encuentra mitologizado. La ideo del hombre y del mito se entrecontaminan, el mito tiende a poseer la idea. El mito moderno es invisible en la abstracción de la idea y en la lógica del sistema. Adopta la máscara de la ciencia desmitificadora. Consumimos con la novela y el cine los mitos de tipo arcaico, están encapsulados en las ideas. Están incluidos en las ideologías y son virulentos. Se produce una coagulación de fuertes cargas de verdad cognitiva y verdad ética, y estas ideas se hacen autoritarias, dominadores, sacralizadoras. Entonces la ideología contiene en su corazón las estructuras del pensamiento simbólico-mágico-mítico, ocultas bajo el pensamiento lógico y racional. La virulencia puede llegar a ser extrema. Las ideologías poseen y sojuzgan a los humanos como si fueran dioses. Pero los humanos sacan sus satisfacciones de ello: poseen la verdad, dominan el universo, gozan de coitos psicológicos con sus mantras obsesivos, entonces son capaces de morir por una idea.
Se da una invasión de mitos. La racionalización se convierte en ídolo y en diosa. La razón se irrazonable y la ciencia anticientífica. Se vuelve autoritaria, se apropia del universo y de la naturaleza. La mitificación y la deificación penetran la ideología y son portadoras de pasiones y violencias.
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