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miércoles, 16 de diciembre de 2020

PROHIBIR Y CASTIGAR

 

 


PROHIBIR Y CASTIGAR

Cuando no se tienen conocimientos, tampoco se tienen los recursos derivados del conocimiento.

 Por ello se utiliza la prohibición y el castigo como recurso.

La prohibición y el castigo es el recurso de quien no tiene recursos.

De quien no tiene conocimientos, pero tampoco bondad ni criterio para usar otros recursos.

Con la prohibición y el castigo la responsabilidad se deriva hacia los individuos que sufren el castigo despojándose las instituciones castigadoras de su verdadera responsabilidad.

Eso es lo que hace el padre con el hijo, el marido con la mujer, el estado y el gobierno con los ciudadanos: prohibir y castigar.

Más, quien utiliza el recurso de la prohibición y del castigo, no solo lo utiliza por no tener conocimientos ni bondad, sino por tener la fuerza y el poder para prohibir y castigar.

La utiliza el fuerte contra el débil: padre contra hijo, marido sobre mujer, estado sobre ciudadano. No a la inversa, no la utiliza el débil contra el fuerte: hijo contra el padre, mujer contra marido, ciudadano contra estado. Pobre contra rico. No. 

Cuando la violencia es utilizada por el débil es como defensa contra la opresión del fuerte.

 Pero, ¿Por qué no se tienen conocimientos?

Porque no se tiene interés por saber.  Interés es preocupación, algo que incita e impulsa a saber. Para saber hay que indagar, reflexionar, investigar, estudiar, no aceptar lo hecho y dicho como natural. Cuestionar, preguntar.

No se tienen conocimientos sobre un tema porque los intereses están puestos en otro sitio.

No se tiene interés por curar porque el interés está puesto en depredar.

En la falta de saber y de recursos influye la historia y la cultura. Las costumbres, las normas, la moral, enseñadas por nuestra miserable sociedad por los siglos de los siglos.

En la falta de saber y de recursos de la que hablo influye nuestra cultura machista, patriarcal, religiosa, militarista y capitalista.

Inclina la balanza de conocimientos hacia un lado y deja sin sostén al otro lado. La balanza se inclina hacia donde el poderoso quiere. dejando colgado al desvalido.

El comienzo del desastre apareció cuando comenzó a instalarse la desigualdad entre los humanos y creció y aumento con su desarrollo.

A los poderosos solo les interesa aumentar su poder, su riqueza y su dominio. Y para ello han de someter, engañar, domesticar.

Solo muestran resquicios de bondad o de interés por el otro cuando les interesa.

Solo se preocupan del pobre cuando es necesario para que este siga sometido y produciendo para el rico.

Solo enseñan o educan más cuando lo necesitan para seguir produciendo.

En el capitalismo se da una aparente riqueza porque el capitalista se ha dado cuenta que para seguir él ganando, el pueblo ha de consumir, y para ello los pobres han de ganar más. Así, todo lo que ganan vuelve a los bolsillos de los ricos.

Toda la riqueza queda en manos de intereses privados.

Y la riqueza  se emplea para generar más riqueza, no para atender y resolver los problemas sociales.

Se invierte por ello en viajes espaciales porque en este mundo ya está todo conquistado y necesitan otros mundos para seguir explotando. Y de paso o previamente se invierte también en crear armas más destructivas. Y se crean grupos terroristas para justificar sus guerras.

Y en tecnologías para que los humanos estén cada día más robotizados y se crean más libres y no cuestionen la miserable sociedad.

No se invierte en sanidad y educación porque no les interesa. 

Quizá inviertan a partir de la pandemia, porque ésta también les ha causado perjuicios. Menos a las farmacéuticas, ¿No habrán inventado el virus, ellas? No hay que descartarlo

Por tanto, no se tienen unos ciertos conocimientos porque los intereses se han inclinado en otra dirección. Hay demasiados conocimientos en unos aspectos, mientras que en otros domina la ignorancia. No existe simetría, ni equilibrio, ni equidad, ni igualdad.

El poder de unos pocos se asienta sobre la ignorancia de otros muchos.

La fuerza y el poder quedan en un lado, la bondad y el saber en otro o no existen siquiera. El primero lleno, desbordado, el segundo vacío, aniquilado.

La miserable sociedad proclama y adoctrina en la importancia y necesidad de la fuerza y el poder, en contra del saber y de la bondad. 

Ensalza a los fuertes en contra de los débiles, los sabios y los bondadosos.

La inteligencia para ellos es saber engañar mejor al otro.

Pero esto no es inteligencia, es psicopatía, la capacidad de engañar y maltratar al otro.

Nuestro sistema social es la cuna de la psicopatía.

Engaña, manipula, tergiversa, confunde, explota, esclaviza, para dominar y controlar a los individuos.

Siembra el caos, la ignorancia, la inseguridad permanente, la dependencia, el sometimiento.

Ese es el caldo de cultivo para estar desconcertado, agresivo, frustrado, desalmado, incierto, alienado, neurótico, psicótico, psicopático.

Y esa es la justificación para implantar leyes, prohibiciones, cárceles, reformatorios, manicomios.

Y esta es la justificación para invertir en policías y en militares.

Es una cadena, perpetua. 

Policías y militares son necesarios –dicen- para mantener el orden.

Lo que no dicen es que el desorden fue impuesto y promovido por ellos previamente para justificar la implantación de las órdenes, las leyes, los castigos. Se implanta el desorden cuando se implanta la desigualdad y la injusticia. La raíz del desorden es la injusticia.

A este desorden implantado, basado en la desigualdad y la injusticia, lo llaman el orden constitucional, la normalidad, que deja en la miseria a los desvalidos.

A los desvalidos les quedan dos opciones para hacer su vida; obedecer o revelarse. Si obedecen se integran en el sistema y se convierten en siervos ciudadanos. Si se rebelan lo tienen más difícil, los medios represores con los que se encuentra son muchos.

jueves, 26 de mayo de 2016

Políticas del PP - ¿por qué la gente vota a quien le explota?


¿A quiénes benefician las políticas  del PP?  ¿Por qué la gente  vota a quién le explota?

Todo misterio tiene su solución, aunque sea difícil verla. Porque nos tienen los ojos enterrados en mentiras. Y el corazón acojonado. Porque quien tiene el poder gobierna las trampas.

Armémonos de valor. No hay una sola causa. Miles de razones actúan entretejidas.

Comencemos teniendo en cuenta diversos aspectos.
El 1% de la población detenta el 99 % de la riqueza. / 
El 99 % de la población sobrevive con las migajas y desperdicios que deja el 1 %. 
Esa es la distribución según todas las estadísticas. 
¿Cómo es posible?

 

jueves, 5 de mayo de 2016

Neo-liberalismo, el cancer político social


Neo-liberalismo, el cáncer político, económico y social. 
( para ver más pulsa en el título)

¿Qué significa el neo-liberalismo? 
Es la cara joven y bruta del capitalismo. 
En síntesis pretende que en el mundo mande el dinero y que todo se someta a él. 
No tiene límite en su ambición y avaricia. 
Para conseguir dinero y poder,  se ha de explotar a los hombres al máximo y quitarles sus derechos al respecto. 
No solo a los hombres, sino al planeta entero, exprimiendo y agotando todos sus recursos y fuentes productivas. 
Por ello, el neo-liberalismo es un cáncer. 
Del mismo modo que las células cancerígenas van apropiándose de todo el organismo, el neo-liberalismo quiere apropiarse  de toda la riqueza del planeta. 
Y, por lo tanto, del mismo modo que las células cancerígenas acaban  matando al organismo del que se alimenta, el neo-liberalismo acabará con el planeta  y con la humanidad entera. 
Las células cancerígenas no saben que al acabar y matar al organismo del que se alimentan, se mueren ellas mismas. 
El neo-liberalismo  parece no saber que al acabar con la riqueza del planeta, y con la humanidad, también es su propia tumba.
 Probablemente esto tarde en ocurrir aún mucho tiempo, o no, quién sabe, porque a la velocidad que va, no faltará mucho tiempo para llegar al final total. 
Todo puede depender, sin embargo, de que la mayoría de la humanidad tome conciencia de ello y luche contra el cáncer social neo-liberal, cortándole sus ansias  depredadoras.
 

miércoles, 20 de abril de 2016

¿porqué la gente vota a quien le explota?


 



¿Por qué el esclavo ama  al amo?  
¿Por qué la gente vota a quien le explota?

LA EDUCACIÓN COMO CASTRACIÓN – COMO DOMESTICACIÓN

Diferentes causas y efectos pueden interrelacionarse  en este cometido, pero estamos seguros que el origen de todo yace en la educación represora. Vamos a esbozar en principio una pequeña síntesis  esquemática y genérica de la que pueden desprenderse infinidad de variantes y que posteriormente se ampliará.
La educación represora, (1) entendida ésta como la represión de los impulsos naturales innatos del ser vivo humano; Conlleva (2) la frustración y anulación como SER auto organizado independiente y libre; Así como de su desinterés (3) y desconocimiento del mundo que le rodea; Si se genera un ser frustrado, desrealizado, (4)lógicamente es un individuo egoísta, incapaz de valorar a los demás; Todo se refuerza y justifica (5) por la inculcación pareja de una ideología –o religión- autoritaria;
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lunes, 23 de noviembre de 2015

trabajo y vida

Todo lo que se hace al cabo del día, todo lo que se hace en la vida, debería formar parte de esa vida.

De la concepción que se tiene de la vida, de la forma de vida que uno quiere tener y que se ha de luchar por ella. Contra quienes no te dejan tenerla.

La parte más importante de la vida está en la profesión que tenemos, en el trabajo que llevamos a cabo diariamente.

Ese trabajo debe ser el reflejo máximo de esa forma de vida por la que luchamos.

El trabajo debe formar parte de la lucha que concebimos como forma de vida.

Un trabajo placentero y realizador. No un trabajo para ganar dinero. Un trabajo para ser, no para tener.

martes, 6 de julio de 2010

Experiencias vampíricas

Desde muy niño mantuve relaciones con vampiros.
Tenía yo la sangre muy dulce.
Nunca vi en ellos ásperas alas peludas, ni caras demacradas, ni capas negras.
Se acercaban a mí en forma de ángeles protectores.
Me susurraban al oído con voz aterciopelada.
Me envolvían con cálidas caricias.
Los vampiros son seres fantásticos para las jóvenes vírgenes ingenuas, deseosas de ser admiradas, como yo.
Por otro lado, yo no creía en los vampiros. Sabía certeramente que eran leyendas de películas y novelas de miedo.
Hoy se que existen de verdad.
Realmente estamos rodeados de ellos, pero nunca se manifiestan como son.
Usan nombres comunes de personas, como por ejemplo: Antonio, Juan, Rafael, Carmen, Elena, Marta, Francisco, Augusto.
Son tímidos o afables. Se esconden tras de amplias sonrisas.
Llegas a desearlos, antes de que su caricia se deslice por tu piel.
Cuando, al fin me besaron en el cuello, me derramé en escalofríos de placer.
Pero el éxtasis llegó cuando penetraron en mis venas y sorbieron mi sangre, primero aspirándola suavemente de gozo, después a dentelladas y borbotones.
Permanecí un tiempo insomne, anestesiado.
Cabalgaba en los bordes del dolor y del placer.
Me sentía yo porque ellos me chupaban.
Al dar mi sangre me daban la vida.
Yo no era nada sin ellos.
Me hice un adepto suyo y les buscaba otras jóvenes de cuellos largos y turgentes senos ansiosas de afecto.
Me gratificaban oliendo un poco de su sangre.
Comenzaba a gustarme ser vampiro.
Mientras, mi sangre les hacía inmortales.

Por ese camino desemboqué en la cara de la muerte.
Contemplé mi alma diluirse río abajo
La muerte me animó a seguir viviendo.
Viajé durante algún tiempo con la mochila cargada de estacas por si me encontraba con algún vampiro.
Más tarde comprendí que, si a los vampiros no les miras, ellos no te ven.